A un año de la lucha contra la termoeléctrica en Juanacatlán

¿Cancelación de la termoeléctrica
de Juanacatlán?

Alan Carmona G. / Un salto de vida

NO A LA TERMOELECTRICA

Desde el 2017 comenzó la gestión de un proyecto en la localidad de La Estancia de Guadalupe, mejor conocida como Rancho Nuevo en Juanacatlán, Jalisco. Para quien no conozca Juanacatlán, es un municipio que se considera dentro de la zona metropolitana de Guadalajara, a unos 50 kilómetros del centro de la ciudad, a 40 minutos de camino. Se trataba del proyecto de una termoeléctrica de la empresa española Fisterra Energy, con capital de uno de los corporativos financieros más grandes del mundo, Blackstone Group. Todo el trabajo de convencimiento /intimidación con los ejidatarios del ejido de La Guadalupe (Rancho Nuevo), se llevó en sigilo, en completo silencio hacia el resto de la población.

Fue hasta este año, en el mes de febrero, cuando comenzamos a ver los trabajos de otro proyecto que fue el que nos alertó, el de la instalación de un gasoducto. Nadie sabía nada, ni ejidatarios, ni en el ayuntamiento daban respuestas. Comenzamos a investigar y una cosa nos llevó a la otra.
Este gasoducto es el de Villa de Reyes-Aguascalientes- Guadalajara, construido por la empresa mexicana Fermaca Pipeline, con capital suizo del corporativo Partners Group. Al estudiarlo nos dimos cuenta que el proyecto de Juanacatlán no estaba aislado, pues estaba relacionado de otras tres termoeléctricas: la de Zapotlanejo, Tierra Mojada de Fisterra Energy, la de El Salto, El Salto CC1000 de la venezolana/libaneza Pacific Rim Energy (suspendida pero no descartada) y la de Jocotepec, Guadalajara 1, aún sin concesión o inversores visibles.

Pues la empresa Fisterra ya había dado un adelanto a los ejidatarios del 15% como promesa de venta y se concluirían los pagos hasta que la empresa tuviera todos los permisos. Ya con la información comenzamos a recorrer las localidades y rancherías, en reuniones en las plazas públicas y en lugares cerrados con grupos influyentes en la población para explicar de qué iba el proyecto y las afectaciones. Para una población con tantas afectaciones al territorio y a la salud por la industria, no fue difícil captar lo que se avecinaba. No sólo es la contaminación generada por el funcionamiento de la termo o la cantidad de agua que consumiría (1,800,000 litros al día, según la misma empresa), sino el proyecto de industrialización que están planeando para Juanacatlán. Ya con el involucramiento de la población en manifestaciones, asambleas de cientos de personas y la presión que se generó para que el municipio no otorgara el último permiso que requería, el de construcción, fue que se le puso entre la espada y la pared a la presidenta Adriana Cortés.

El 17 de diciembre pasado, en conferencia de prensa, Enrique Alfaro y parte de su gabinete, junto con la presidenta de Juanacatlán, anunciaron que no se iba a permitir la construcción ni de esta ni de ninguna termoeléctrica o proyecto energético a base de combustibles fósiles. Nuestro escepticismo sobre el anuncio de los funcionarios está en que, al día siguiente, sucedieron varios hechos que permiten que el proyecto siga avanzando. El primero es que avanzan las resoluciones favorables de parte de SEMARNAT de un proyecto complementario que es una subestación y se ingresó a evaluación otro, que es una línea de torres de alta tensión que atravesaría la localidad de la Ex-hacienda de Zapotlanejo, hecho que ha generado presiones, por parte de la empresa y de ejidatarios avariciosos, a la presidenta del ejido Zapotlanejo, aliada en esta lucha por el territorio.

También se llevó a cabo una reunión de cabildo del ayuntamiento donde se discutieron puntos que decidimos en una asamblea pública del 5 de diciembre, para que los regidores revocaran los acuerdos de la administración anterior que dieron pie al proyecto, como son cambio de uso de suelo del gasoducto y el Plan de Ordenamiento Ecológico y de Desarrollo Urbano que justifican el uso de suelo de la termo. Los regidores de Movimiento Ciudadano se negaron a revocar esos acuerdos y la presidenta aseguró que aún no hay una respuesta formal con una negativa para la empresa. En papeles, las cosas están igual que antes del anuncio de Alfaro. La empresa amenazó desde que estaba en su campaña de convencimiento, que iría a tribunales si la decisión no es favorable, y puede encontrar rendijas en esos acuerdos para que le favorezca una sentencia.

Como pueblos no nos vamos a quedar esperando que las decisiones vengan de la buena voluntad de los gobiernos. Sabemos que el anuncio que hicieron responde a la presión de la gente, pero serán necesarias decisiones judiciales que impulsemos y poner el cuerpo cuando sea necesario. Incluso habiendo cancelación definitiva, ellos ya están apostando por otros megaproyectos energéticos en la cuenca, con el argumento falaz de las energías renovables: dos plantas geotérmicas de Grupo Dragón en la comunidad indígena de San Francisco de Ixcatlán y en el ejido de La Soledad, municipio de Zapopan, y una planta hidroeléctrica de la empresa Enersi Renovables en el río Santiago cuyo embalse abarcaría los municipios de San Cristóbal de la Barranca, Amatitán y Tequila, en la cual ya han comenzado los trabajos de pre paración de los terrenos.

Están planeando un nuevo corredor industrial en El Salto de la empresa Vesta, con una inversión de 100 millones de dólares en la primera etapa que, presume el gobernador Enrique Alfaro, será el más grande del estado y podría pasar de ser el segundo, al primer corredor industrial más grande de México. Están en pie proyectos inmobiliarios en zonas de alto riesgo como el fraccionamiento Mirador de la empresa Casas Bali de 6 mil casas cerca de las instalaciones de Pemex Occidente y Parques del Triunfo de 10 mil viviendas de Grupo San Carlos enfrente del vertedero Los Laureles. Ahora caminamos nuevamente a tejer alianzas por toda la cuenca, desde los pueblos Cocas de la laguna de Chapala, pasando por los ribereños y barranqueños del río Chignahuapan/Tololotlán/Lerma/ Grande/Santiago, hasta las comunidades Wixarikas y Nayeris cerca de la costa donde desemboca.

Estamos en una nueva coyuntura que construimos nosotros, donde las capacidades de trascender las que dicta el estado están sentadas en la experiencia, la rabia y la esperanza por recuperar lo más valioso que son nuestro río, nuestra salud y nuestra libertad.

 

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