Rumbo al 8M
Marzo 2020
Días de gran conmoción y dolor, la crueldad humana esta llegando a limites horribles, una pesadumbre que recorre el cuerpo al ver el cuerpo parecido al de nosotras mutilado con todo el odio de una humanidad, una humanidad cada vez más destruida, un odio histórico. El feminicidio de Ingrid Escamilla recorre el país, nuestras vidas, historias y cuerpos son desechables, son tirados a la basura. La pequeña Fátima de solo 7 años, somos todas, algo murió en nosotras, y a la vez, algo nació, algo despertó en nuestros corazones, no hay vuelta atrás, ni un paso atrás se va a dar. Vimos a mujeres encapuchadas destrozando e incendiando los vehículos de La Prensa, el diario de crónica roja que filtro las imágenes de Ingrid sin nada de empatia ni dolor; en Hermosillo Sonora cientos de mujeres tumbaron las puertas del edificio del Poder Judicial del Estado, realizaron pintas y destrozos, cantaron y gritaron el mismo reclamo.
La muerte y el miedo a nuestro alrededor o nos paraliza o nos hace accionar, ahora más que nunca como mujeres en tiempo de posicionarnos, dejar la tibieza y confrontar y quemar lo que haya que quemar.
Esta lucha histórica por ser reconocidas como personas, lucha contra la violencia ejercida por los hombres, por las instituciones y gobiernos, lucha con nosotras mismas para entendernos fuera de los roles impuestos de mujer-hombre, debilidad-fuerza, sentimiento-inteligencia, luchas cotidianas desde que llegamos al mundo, luchas diarias por ser mujeres pobres, por ser mujeres obreras, por ser amas de casa, por ser estudiantes, por ser mujeres.
Uno de los capítulos más dolorosos de la lucha por los derechos de la mujer trabajadora fue el 25 de marzo de 1911, cuando se incendió la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York. Un total de 123 mujeres y 23 hombres murieron. La mayoría eran jóvenes inmigrantes de entre 14 y 23 años. Las trabajadoras y sus compañeros no pudieron escapar porque los responsables de la fábrica habían cerrado todas las puertas. Para los patrones las vidas de las trabajadoras son desechables, para el capitalismo somos un cuerpo mas.
En Rusia, las mujeres salieron a las calles bajo el lema “pan y paz” como reacción a los millones de soldados rusos muertos durante la Gran Guerra en 1917, protestas que desembocaron con la Revolución Rusa, fue una huelga de varios días que forzó la salida del zar. Los trabajadores de la metalurgia se unieron a la protesta de las mujeres aunque los bolcheviques veían la movilización como precipitada. Dos días antes que empezara la insurrección, el zar ordeno “disparar si fuera necesario para acabar con la revolución de las mujeres”, ha sido borrada la historia de lucha de las mujeres una y otra vez, fueron ellas las que no dieron un paso atrás, no fueron los comunistas, no fueron los bolcheviques, fueron las mujeres obreras las que no dieron marcha atrás, ahí es cuando se unieron los compas obreros.
Para 1975 se institucionaliza el Dia Internacional de la Mujer por las Naciones Unidas, le quietaron toda la carga histórica y de clase a -Mujer trabajadora- mujeres empobrecidas, mujeres de abajo, mujeres obreras, mujeres campesinas, mujeres de barrio.
Ahora para el 8M de 2020 se suman empresas y partidos políticos fascistas, se cuelgan del reclamo legitimo y digno de miles de personas, lo usan como estrategia política, como una pantalla, un día para pintarse de morado y el resto de año seguir explotando y actuando con impunidad.
El presidente de la 4ta simulación toma posición sobre los feminicidios “no debían opacar” la venta del avión presidencial. También declaró que pedía a las feministas no rayaran la puerta del Palacio Nacional. Por otro lado, la Secretaría de Marina y el Ejército twittearon que “se dará día franco” a las mujeres el día 9 de marzo. La institución mas patriarcal que existe en México, responsables de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la SEDENA que hoy reprime a los migrantes centroamericanos se suma al paro del 9 de marzo. Es una burla, duele y da rabia que agarren la lucha histórica de las mujeres para intentar limpiar su mierda. No son feministas, no les aplaudimos, son el enemigo, no necesitamos su permiso, no les interesa ni están haciendo nada para evitar tanta muerte, mas bien ellos son la muerte. Les pido amigas que no olvidemos quienes son el enemigo.
En Feministlán, Guadalajara, luego parece que el problema no son los feminicidios, no son las violaciones y acoso en las calles, no es la destrucción de la madre tierra lo que nos molesta. Acá parece que el problema es si marchan las familias de lxs desaparecidxs, que si atrás que si adelante, que si la familia es una institución patriarcal, que si es violencia rayar una pared, que sin bandalizar, que si las mujeres trans, que si les queers. ¿sera qué el problema es que las mujeres de ciudad no seamos el centro? de verdad es pregunta.
Recuerdo ese espacio seguro que construyeron las zapatistas para el Primer Encuentro de Mujeres que Luchan en Marzo de 2018. Un oasis de mujeres, ni un solo hombre, todos afuera del caracol Morelia, algo utópico mas no real, porque detrás estaban todos los hombres cocinando y por meses encargándose de todas las demás actividades para que las compas pudieran organizar esa gran utopía.
La fuerza inconmensurable de las mujeres es la que construye las luchas, es la que defiende con uñas y dientes la madre tierra, la fuerza de las mujeres es la que va a tumbar este sistema capitalista y patriarcal, pero no solas, no podemos. No estaban solas las obreras de Nueva York, no estaban solas las mujeres rusas, no se nombraban feministas, no había alguien que dijera quien si y quien no podía estar en la marcha, nadie que dijera cual contingente va detrás de cual, hombres murieron con sus compañeras, hombres fueron detrás de ellas para hacer una revolución. La insurrección se tiene que hacer con lxs de abajo, con lxs pobres, lxs cuerpos marginados, por lxs desparecidxs, por nuestrxs muertxs, por las mujeres asesinadas, por lxs niñxs, por los pueblos despojados, por los bosques y los rios, por lxs explotados por el capital. No marchamos con los asesinos, con militares, con los fascistas misóginos del Frente por la familia, con partidos políticos, con instituciones de muerte.
Tampoco quiero caer en el “primero la lucha de clases y luego ya hablamos de machismo” como dicen los rojos. Para mi va de la mano cuestionarnos nuestros privilegios de clase y de genero, ni una violencia se tiene que tolerar por no dividir “la lucha”. Sin embargo, la realidad nos rebasa y no podemos darnos el lujo de caer en utopías separatistas y que nuestro accionar no sea empático con otros dolores provocados por el mismo enemigo: este sistema patriarcal-capitalista-racista-ecocida-policiaco-cristiano.
Nuestro separatismo tiene que ser estratégico, es necesario y fundamental para darnos fuerza entre nosotras, unas fuerzas de destruir todo que solo he encontrado con mis amigas, quiero cada día crear mas redes con mis mujeres cercanas, escucharnos, acompañarnos, amarnos y apañarnos de todas las formas posibles desde económicas hasta afectivas. Y también al mismo tiempo me cuestiono si mis acciones contra la violencia patriarcal no se quedan solo en juntarme a tomar café con mi grupo de amigas con las que tengo afinidad, echar chisme, contenernos y seguir aguantando este sistema de muerte sin atakarlo.
Hay muchísimas mujeres que no voy a negar o menospreciar su lucha aunque no comparta sus formas o no entienda sus procesos, hay muchisimos hombres que veo de lejitos con mucha admiración, muy de lejitos porque en mi circulo cercano, a mis hombres cercanos anarquistas con los que concuerdo en muchas cosas, pues no les siento compañeros, no estoy lista para construir con ellos y si lo hago es con miedo, con cuidado, aun no son espacios seguros donde están ellos, siguen hablando mucho y haciendo poco, siguen sus bromas tontas, alzan mucho la voz. No los quiero ver en la marcha y la verdad es que el circulo de hombres que frecuento ya por fin no van a las marchas de las mujeres, y no les pido menos y no les aplaudo y no son los menos peores, ya no vamos a dar un paso para atrás, ya no pueden decir que no sabían. Es hora de que les bajemos los huevos y topen con lo que haya que topar para que nos acompañen de a de veras y no solo en el discurso.
Romelia Navajas