Crónica: del centro a la periferia Manifestación en Juanacatlán 20 de Noviembre de 2019

La crónica de esta travesía empieza a las 6 de la mañana, tomando el camión 177 sobre Libertad pasando Alcalde. Ahí llegan los transportes que van y vienen para la periferia, ese lugar olvidado por el centro de la ciudad.

El primer camión que sale es a las 5:30am, y los últimos que salen son a las 11pm rumbo al Salto. Pasamos Gonzales Gallo, seguimos por R. Michel, una avenida aburrida y triste. Sólo se alcanzan a ver oficinas, empresas, bodegas y carros. Agarramos carretera a Chapala y el amanecer ilumina las periferias. Poco a poco se va llenando el camión; la mayoría son hombres, obreros. Cerro viejo, incansable guardián, se alza y se alcanza a ver detrás de la nube de contaminación. Nos vamos alejando y cada vez hay más industrias, y detrás, las montañas. Sabemos que estamos llegando por el olor a mierda que suelta el río, una cascada de muerte que no hace mucho, era vida. Yo y mi compa hacemos el ejercicio imaginario de volver 100 años atrás y ver el río limpio. Juanacatlán, un pueblo antiguo aparece.

Nos bajamos del camión y caminamos para la plaza, está lleno de gente, muchos chamacos de primaria que van a marchar en el desfile del 20 de Noviembre, aniversario de la revolución mexicana. Ya pasaron 109 años de ese proceso histórico que oficialmente termina institucionalización en la de un partido político, pero que retiembla actualmente con el grito de “Tierra y Libertad”.

Y ahí, detrás de los honores a la bandera y de los funcionarios públicos están unas 200 personas con pancartas listas para marchar, pero no por una conmemoración vacía, sino por un grito de defensa de la tierra contra la termoeléctrica que quiere venir a despojar y a seguir trayendo muerte. Una digna lucha organizada con mujeres fuertes defensoras y cuidadoras de la vida. Muchos bebés en brazos, ancianas y ancianos, madres, jóvenes juntando su voz para exigir. Al caminar por las calles muchas familias nos saludaban desde sus casas se sentían los ánimos por doquier. La gente estaba abrazando la manifestación. Al final, de vuelta en el camión al centro. Nos es difícil retachar por que la periferia nos tocó dentro.

¡El agua no se vende, se ama y se defiende! ¡Agua si, termo no!

 

Rosa Salvaje

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